En nuestro planeta existe una realidad muy incómoda y preocupante. Producimos veinte veces más plásticos que en la década de los 60. En la actualidad producimos 322 millones de toneladas y solo reciclamos el 40%.

A nivel global, entre 5 y 15 millones de toneladas terminan en los océanos creando autenticas islas junto con el impacto que genera en la fauna marina y por ende al ser humano en su alimentación contaminada.

En 2015 la Comisión Europea lanzaba un paquete de medidas de economía circular donde se identificaban los plásticos como uno de los sectores prioritarios para avanzar hacia el nuevo modelo económico circular. El esfuerzo se dirige a garantizar que todos los plásticos
sean reciclables para 2030.

La legislación sobre la obligatoriedad del reciclado no tiene marcha atrás, fomentando la inversión y la innovación empresarial para que todo plástico sea desde su origen reciclable 100%.

Los productos plásticos susceptibles de reciclarse al 100% son la solución a un problema que debemos atajar entre todos para que nuestras economías sigan circulando de forma sostenible. Para ello debemos comprometernos al consumo de productos plasticos a nivel personal como empresarial, que sean susceptibles de reciclarse o recuperarse y seguir dando valor a la reutilización de la materia prima alargando su ciclo de vida, evitando el impacto al medio ambiente a nivel de residuos y consumo energético.